La clave está en emplear el idioma y no quedarse en la gramática
“Los años que una persona está estudiando inglés no son lo importante, es la manera de aprender y de enseñar la lengua lo que influye”, explicaba ayer Joaquim Prats, presidente del Consell d’Avaluació. Con ello, insistía en algo que sostienen los expertos lingüísticos: el uso social es fundamental para el aprendizaje de una lengua. Sólo con la gramática no se avanza.
No es extraño encontrar ciudadanos que han pasado ocho años estudiando en una academia de inglés sin haber aplicado ese uso social y que son incapaces de mantener una conversación fluida, pese a que entienden un texto o pueden comprender, con más o menos fortuna, una conversación.
Prats, igual que otros expertos en la materia, considera que la exposición o práctica del idioma es muy importante, de ahí que se insista en que los estudios en las academias o escuelas de idiomas “no siempre son la solución porque los recursos pedagógicos que se utilizan no siempre son los adecuados. El énfasis en la gramática aún es excesivo”. Aun así, hay excepciones, y muchos centros emplean desde hace tiempo nuevos recursos pedagógicos para facilitar la adquisición de competencias.
Además de “constancia, perseverancia, paciencia y cierto nivel de esfuerzo”, condiciones que Carme Muñoz, vicerrectora de la Universitat de Barcelona, considera imprescindibles para el aprendizaje de una lengua, también es aconsejable empezar a familiarizarse con esta desde edad temprana, sea a través de juegos o de otras fórmulas. El caso es que la lengua se convierta en algo funcional.
Los expertos apuntan diversos aspectos y de distinta índole –sociales, económicos e incluso políticos– en el poco dominio del inglés por parte de la población. Uno de los que más han perjudicado, dicen, ha sido la errática política educativa y otro, apuntan, la poca atención que se ha prestado durante años a la preparación del profesorado, pieza clave para garantizar la adquisición de las competencias por parte del alumnado.
El retraso que se lleva en este ámbito es aún considerable aunque afortunadamente, la abundancia en academias de idiomas de muchas ciudades, ayuda a mitigarlo.
El curso próximo 800 centros ya impartirán materias en inglés
A tenor de los resultados de la evaluación, aún queda mucho camino por recorrer pero, a juicio del conseller de Educació, Ernest Maragall, “se han empezado a poner medidas para mejorar”, con el objetivo final de que el sistema escolar en el 2020 sea totalmente trilingüe.
Una de las propuestas para conseguir este propósito es el Pla d’impuls de llengües extrangeres, que se inició el curso pasado. El programa, dotado con 221 millones, tiene una doble finalidad: capacitar a los docentes para que puedan impartir materias no lingüísticas en un idioma extranjero (sobre todo inglés), con especial énfasis en los profesores de primaria y, a la vez, proporcionar nuevos recursos pedagógicos y metodológicos a los profesores de idiomas para lograr la “formación en excelencia” del alumno.
La previsión es que en el 2020, cuando acabe la implantación del plan, 12.200 docentes de primaria y 3.000 de secundaria sean capaces de impartir una materia no lingüística en inglés, doblando así la cifra actual.
A menos largo plazo, en estos momentos el sistema cuenta con 5.858 maestros de primaria y 900 de secundaria con un nivel suficiente para impartir sus clases de inglés y asignaturas en inglés o en otro idioma extranjero, y con 500 centros que tienen un proyecto en lenguas extranjeras. Ello significa que además de impartir alguna asignatura en inglés u otra lengua, el centro tiene otras medidas que contribuyen a facilitar el aprendizaje de una tercera lengua en todas las actividades, desde el ciclo de educación infantil. El curso próximo, los centros incluidos en este programa ya serán 800. (El sistema dispone de un total de 2.884 centros públicos, de los cuales 1.677 son de educación infantil y primaria.)
El curso pasado, se formaron casi 6.900 docentes, cifra que al término de este curso alcanza los 8.037. Esta formación incluye, aunque en un número reducido –839– estancias en el extranjero.