¿Playa o montaña? ¿Nunca te has hecho esta pregunta? Seguro que sí. Si no te las has hecho, tenemos la certeza de que has escuchado esta expresión como una de las más habituales a la hora de tener dudas sobre el próximo plan vacacional que se va a llevar a cabo. La verdad es que siempre se ha tendido a separar las dos alternativas como si fueran incompatibles, pero lo único cierto es que se puede disfrutar de las dos opciones sin ningún tipo de problema. ¿Qué tienes pensado para tus vacaciones? ¿Ya tienes plan? Es el momento de que vayas tomando decisiones. Luego llegan las prisas y ya sabes que no son buenas consejeras. El turismo ha crecido mucho a nivel mundial y te merece encontrar ese lugar en el que puedas relajarte adecuadamente. Para saber si tienes que optar por playa o montaña, te dejamos un artículo en el que vamos a desarrollar algunos puntos fuertes y débiles de cada una.
¿Playa o montaña? ¡Aquí tienes ventajas y desventajas!
Entrando ya en profundidad sobre playa o montaña, vamos a hablar de las ventajas de la primera. Desde luego, su principal beneficio es que es el lugar ideal para relajarte y escapar del calor excesivo. Hay pocas cosas como poder tirarte en la arena, tomar el sol e ir al agua cada poco a darte un baño refrescante. Además, si algo bonito tiene España son sus costas. Podrás conocer bellos paisajes muy cerca de playas que te van a dejar sin palabras. La playa es refrescante y es un rincón en el que olvidarse de todo por un momento.
Por otro lado, está la oportunidad de disfrutar de actividades acuáticas, como pueden ser el surf, el snorkel, el paddleboard, las motos de agua o la vela. Todo está a tu disposición en el agua. Además, es una muy buena opción, si lo que buscas es hacer el que dicen que es el deporte más completo del mundo. Sí, lo has adivinado, estamos hablando de la natación.
Dicho esto, también está la posibilidad de comer y tomar algo en los chiringuitos. Con un poco de suerte, incluso, podrás terminar en playas en las que hay un gran ambiente por la celebración de festivales. Son muy habituales en verano y están muy bien para disfrutar en familia, con amigos o con tu pareja.
En cuanto a lo negativo de la playa, seguro que ya sabes de lo primero que vamos a hablar. Si son playas muy conocidas y en áreas geográficas marcadas por el turismo, lo normal es que estén saturadas de gente y eso puede hacer que sea insoportable. Muy poco sitio para colocarte, demasiado ruido y, muy probablemente, molestias por música muy alta o por juegos con el balón o las palas. De hecho, esto puede llegar a generar bastante estrés, justo lo contrario que necesitas para tus vacaciones.
Otro punto negativo es que, en ocasiones, si no cuentas con la protección suficiente contra el sol o contra el viento, es muy complicado aguantar en la playa. Se produce una sudoración excesiva a causa del efecto de la humedad, la arena se vuelve contra ti y es complicado mantener tus pertenencias a salvo. Si a esto le sumas la posibilidad de encontrar el agua más sucia de lo que esperabas, terminarás harto de la playa.
Con respecto a la montaña, entre sus ventajas es que, por norma general, aunque hay rutas muy conocidas, se encuentra mucha más calma y tranquilidad. Tienes todo el espacio y puedes desplazarte con toda la calma del mundo para disfrutar de paisajes espectaculares. La montaña es sinónimo de salud, ya que uno disfruta de aire puro y de gran calidad y temperaturas algo más bajas, debido a la altura.
Por supuesto, está la posibilidad de que lleves algunas actividades en contacto con la naturaleza. Estamos hablando del tan valorado turismo activo. Puedes hacer senderismo, rutas a caballo, ciclismo y muchas cositas más. Es muy buena idea hacer deporte en verano.
En cuanto a la parte negativa, es posible que en algunos momentos eches de menos algunos momentos de contacto con la gente o de ambiente nocturno. Además, es cierto que, en general, un buen plan de montaña lleva más tiempo de planificación para que todo salga bien.
¿Playa o montaña? ¡Tú decides!